MADRID

Última visita: Mayo 2013

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El restaurante perfecto existe y es Martín Berasategui. No hace falta buscarlo más.

 

De sus platos poco puedo decir que no se haya dicho ya. Puntos perfectos, inmejorable ejecución y presentación, en algunos casos incluso da pena empezar a comer. Sabores bien definidos, innovación y tradición, respetando siempre el producto. Se agotarían los calificativos.

 

La sala es inmaculada, con una luz mágica y vistas preciosas. El servicio es impecable, llama la atención lo joven que es la brigada pero lo sobradamente preparada que está. Mención especial para la sumiller. Fue un placer ponerme en sus manos y descubrir txakolís ya con algunos años que se encuentran en su mejor momento.

 

Como dicen muchos: “Martín es el puto amo”. No hay más. Ya podrían aprender otros. Un cocinero con siete estrellas Michelin que sale a la sala a agradecer a cada cliente el ir a su casa a comer.

 

Perfeccionista y exigente, inquieto y creativo (muchos platos nuevos de un año a otro), amable y hasta cariñoso. La receta del éxito: ¡GARROTE!

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