MADRID

Última visita: Septiembre 2017

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Uno de esas direcciones secretas que casi nadie conoce pero que siempre está lleno a reventar.

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Cocina casera hecha desde la experiencia y el cariño de su cocinera y propietaria. Guisos de los que ya no se hacen, patatas fritas memorables y la sensación de estar en un sitio casi único, de los que ya no quedan.

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Precios de derribo para la satisfacción que uno recibe. Su menú diario concentra a una gran lista de seguidores por lo que si quieren probarlo vayan con tiempo o reserven con antelación.

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Un pequeño tip: Aunque cierran por las noches, si se juntan 8 amigos les abren el restaurante entero para poder disfrutar con calma y tranquilidad de su cocina de siempre.

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