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Con o sin estrella Michelin, lo mejor de 2015


Me ha dado cierta envidia ver las listas que se han ido publicando estos últimos días sobre los mejor del 2015, así que me he lanzado a escribir estas líneas donde recojo, o al menos lo intento, las mejores comidas que he tenido este año que acaba de terminar. Vamos a ver qué tal queda la cosa.

Como siempre se dice en estos casos, la lista obviamente es personal. Aunque basada principalmente en la cocina, la bodega, el servicio y la sala de cada restaurante, finalmente es el recuerdo global que tengo de cada una de las comidas lo que me ha llevado a elaborar el siguiente listado:

1.- Martín Berasategui: Siempre lo recordaré como mi primera visita a un tres estrellas. Un restaurante que consigue LA MÁS ABSOLUTA PERFECCIÓN. No creo que haya más de un par de restaurantes a su altura en España y me cuesta creer que haya muchos mejores en el mundo. Mención especial para el propio Martín, un cocinero humilde y trabajador, todo un Señor que demuestra que con trabajo y garrote todo es posible, hasta tener 7 estrellas Michelin.

2.- Zuberoa: La COCINA, sí, en mayúsculas. Uno de esos lugares en los que se descubren fondos inesperados, platos perfectos y sabores impolutos. Una obligación conocer esta casa que he tenido la fortuna de visitar en dos ocasiones durante el 2015. La primera de ellas fue la emoción de cada plato, las desbordantes expectativas que se cumplían con creces tras cada plato. La segunda visita, la de la tristeza del que sabe que todo se termina, la obra de arte permanente. Grande Hilario Arbelaitz, maestro de maestros.

3.- Diverxo: Como experiencia global creo que es algo que no tiene parangón. Dabiz Muñoz, con una creatividad desbordante, demuestra ser un auténtico genio que consigue en cocina lo inigualable. Algún efectismo de más compensado por bocados llenos de sabor que perdurarán en mi memoria. Niguiris y dim sum, paella y carabinero, lenguado y jarrete, cada lienzo es una verdadera locura convertida en obra de arte.

4.- Coque: Dos visitas este año, abril y noviembre; cada cual mejor. Una experiencia en toda regla gracias al trabajo tan espectacular que realizan los Hermanos Sandoval. Un dos estrellas de libro que por fin ha visto recompensado tanto trabajo e ilusión. Veremos si finalmente se mudan a Madrid y así la visita será más accesible al gran público.

5.- Lera: Creo que poco puedo decir que no haya dicho ya en el primer post que publiqué: “LERA: El sitio de mi recreo”. El verdadero sitio de mi recreo, un sitio donde soy feliz.

6.- Lakasa: No tengo contadas las veces que he visitado Lakasa durante el 2015, pero han sido menos de las que me gustaría. César, Marina, Adolfo, Ricky, Abel y el resto de personas convierten este restaurante en un sitio maravilloso, donde te tratan como en casa, se come de lujo y encima cuentan con los precios más ajustados de la capital para que todo el mundo se pueda dar un buen homenaje. Los buñuelos, las ostras y mejillones, los platos de caza, las pizzas, la tabla de quesos…, y probablemente el restaurante con los mejores postres que conozco. Para volverse loco.

7.- El Carmen de Montesión: La cocina de Iván Cerdeño ha sido una de las gratas sorpresas del 2015. Sencillez y honestidad, buen producto y mejor ejecución. Merece la pena el viaje hasta Toledo por comer unas croquetas inolvidables, unos ricos callos, clásicos platos manchegos con recetas renovadas y platos de caza fantásticos. Además, se bebe de lujo a precios más que comedidos.

8.- La Terraza del Casino: Puede ser que la ubicación tan impresionante juegue a su favor. Puede que el hecho de que celebrase mi boda allí también le de un cierto aire romántico al lugar. Pero la verdad es que la cena estuvo a la altura de lo esperado. Quitando algún que otro efectismo innecesario, buenas ejecuciones, platos divertidos y llenos de sabor, bodega más que correcta con opciones para todos los bolsillos y servicio muy agradable. Un gran restaurante. Y no, el chef Paco Roncero no estaba ese día en cocina, pero la verdad es que me preocupó poco.

9.- Horcher: Visita en julio por celebración familiar. Mesa grande con un carro de bebe, es decir, no podíamos estar más fuera de lugar. Sin embargo, como pasa siempre en las grandes casas, nos dieron un trato exquisito reservándonos uno de sus comedores privados y ofreciéndonos todo tipo de facilidades. La comida, como no podía ser de otra forma, al nivel que se espera de esta histórica casa.

10.- El Borbollón: Quizás sea el más desconocido de toda la lista, o quizás no. Una casa donde realmente soy muy feliz cada vez que me siento en su mesa. Tanto la tortilla de patatas como el foie son dos platos que bordan a la perfección y que son muy complicados de superar. Además, hacen uno de mis platos favoritos, un solomillo chateaubriand que es para quitarse el sombrero. Cuentan con buenos postres y una bodega llena de clásicos así como alguna que otra joyita escondida. Una lavado de cara y estaría más a la moda, pero perdería esa esencia clásica que tanto me gusta.

11.- La Buena Vida: Tres visitas este año, todas en otoño. Una delicia de restaurante donde Carlos y Elisa han conseguido que se coma y se beba como en pocos sitios en Madrid. Imprescindibles sus platos de setas, caza y, por supuesto, su afamada tarta de queso.

12.- Treze: Uno de los restaurantes donde me senté con las expectativas más altas por todo lo que había leído sobre él. La cena estuvo más que a la altura de lo esperado con unas alubias con paloma memorables. Buenas elaboraciones, platos originales y un fuera de carta lleno de productos de temporada que no pueden faltar en su comanda. Un joven cocinero al frente con un futuro por delante más que prometedor. Deseando volver.

13.- 99 Sushi Bar (Eurobuilding): Otra de las agradables sorpresas del 2015. Perfecta ubicación, servicio muy profesional, gran bodega y una cocina que sorprende. Fusión pura y dura con sabores que no dejan indiferentes. Sólo una pega, los postres son francamente mejorables.

14.- Patxiku-Enea y Elkano: Dos casas donde el rey es el producto. En el primero podrán encontrar las mejores chuletas. En el segundo, más afamado, encontrarán un rodaballo que no tiene comparación posible. El producto se paga, como no puede ser de otra manera, pero merece la pena la visita al norte para poder degustar estas maravillas.

15.- La casa de mi padre: Si me lo permiten, desde estas humildes líneas, un pequeño homenaje para ese tipo al que le sobra de todo menos tiempo y que se va a la compra, se mete en la cocina durante más de cinco horas y se deja la piel por ofrecerle lo mejor a su familia. Un grande. Mi respeto y admiración.

Con independencia de gustos y de experiencias, agradecer a cada hostelero valiente que abre cada día su negocio. Gracias a esos cocineros que nos dan de comer, a esos camareros que nos cuidan como si fuesen nuestras madres y a esos sumilleres que no permiten que nuestra copa esté vacía.

Y en el 2016, intentar repetir todo lo vivido en el 2015 y, si nada lo impide, mejorarlo. Como “deberes” para este año, visitar Dani García, Aponiente, Etxebarri, Casa Antonio, Quique Dacosta, Dstage, Casa Nicolás, Mirador de Ulía, La Tasquita de Enfrente, La Manduca de Azagra, Hotel Restaurante de Joël Robuchon, etc.

Porque soñar es gratis y lo mejor siempre está por llegar, así que seguro que el 2016 será un gran año para todos.

Ojalá nos veamos en la mesa de un buen restaurante.

See you again (Wiz Khalifa)

Fotos: Estrella SIN Michelín

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